lunes, 9 de abril de 2012

Séptima Etapa. Casar de Cáceres - Aldeanueva del Camino.

"En el Camino aprendi que cuando solo tengas cuestas que subir y el dolor te gobie, debes descansar pero nunca desistir."

Hoy me he levantado un poco antes, con la idea de que un bicigrino que llegó anoche al Albergue, me ayudara a bajar la bicicleta por las estrechas y empinadas escaleras que tiene acceso a este Albergue. He tenido que desayunar solo en la calle, al lado de mi bicicleta. ¡Los peregrinos madrugan mucho!. La salida se hace por las calles Larga Alta y Larga Baja que pasa junto a la Ermita de Santiago, antiguo lugar de parada y albergue de peregrinos y transeúntes, para salir de la población y llegar mediante pista junto a un camino que nace y se desvía a la izquierda. Hay un corral y un chozo de piedra con teja de ladrillo utilizado como descansadero por pastores y ganado trashumante.Continuaremos por la misma pista que traemos, por la derecha, bien señalizada por un bloque de granito informativo. Entre muros de piedra y con la presencia de numerosas fincas de ganado y batolitos graníticos disfrutaremos de un hermoso paisaje pasando por numeroso Miliarios, donde me detengo en la mayoría de ellos y pienso, "miles de años nos contemplan". Así llego al Embalse de Alcantara, segundo embalse más grande de España y el cuarto de Europa, donde debo de cruzar por dos puentes los Río Almonte y Tajo además de compartir camino con la N-630. Como este año ha llovido poco, puedo divisar como emerge la Torre de Floripes. También se puede ver los restos del Puente de Alconétar, que era un Puente Romano sobre el río Tajo. Es uno de los más antiguos puentes en arco segmentales del mundo, anterior a otros ejemplos como el Puente Zhaozhou en China y el Ponte Vecchio en Europa. Durante la construcción del embalse de Alcántara en 1970, los restos del puente se movieron de su sitio original a un prado seis kilómetros al Norte. Como el Camino no pasa por sus ruinas, yo me desvio carretera abajo para "parpar" lo que fue esa obra majestuosa, digna de ver, conserva hoy en día cuatro de sus arcos y resto de más de cinco de sus pilares. Después de retroceder unos kilómetros, en frente del Albergue Turístico de Alcantara hay un desvio a mano derecha dirección Cañaveral en clara subida, con el suelo lleno de piedras sueltas, hay que empujar la bicicleta unos metros, es intransitable estos metros. Yo no entro en Cañaveral y sigo hacia Grimaldo por la Ermita de San Cristóbal y el puerto de Los Castaños. Me faltan palabras para poder describir este tramo de subida, me refiero al que se hace por un cortafuegos literalmente, es imposible subir pedaleando ese tramo, horroroso y lesivo aunque las vistas desde arriba y el final del recorrido por el bosque de pinos merecen la pena. El recorrido sigue hacia Galisteo por bosques de encinas y alcornoques, después por fincas privadas, no es necesario entrar en Grimaldo, hay un pequeño problema de señalización unos pocos kilómetros antes de Galisteo y es al llegar a un canal y pasar una casa semiderruída, hay que pasar por la primera cancela que se ve a mano izquierda y bordear una finca privada, por lo visto el dueño no quiere peregrinos por ella y si te metes en ella te puedes encontrar con la dificultad de saltar alguna alambrada, mejor hacer un par de kilómetros más.
Tampoco es necesario entrar en Galisteo aunque yo hice una pequeña visita, para contemplar de cerca sus murallas, que pueden afirmarse que son árabes, y aunque no se pueda precisar la fecha o época en que fueron construidas, se supone que sería por los siglos IX o X construidas con piedras de río. La salida de Galisteo se hace por el Puente Mediaval del Siglo XVI sobre el Río Jerte. Hasta Carcaboso el camino transcurre por una carretera tranquila y sin complicaciones. Allí me detengo en el Albergue Turístico de la Señora Elena, justo al lado su hijo tiene un bar, en él me tomo una cerveza y me pone de tapa un huevo duro cocido, supongo que lo hace porque es energético, donde amablemente me sella la Credencial y me dibuja un mapa de los kilómetros que me quedan hasta Aldeanueva del Camino, una mujer muy simpática. Los primeros kilómetros va por una pista, luego vamos paralelo a una acequia para finalmente adentrarnos por una zona muy verde, dehesas, ganado bravo, encinas, fresnos, plantas aromáticas. Luego el camino continua paralelo a un muro de piedra, no tiene perdida, el recorrido fluye entre encinas, alcornoques y alguna laguna dispersa. El terreno que pisamos ahora es la Cañada Real de la Plata, conocida también como de la Vizana y coincidente con el trazado de la vía romana. Durante los últimos siguientes kilómetros, sólo se interpondrán en nuestro recorrido un par de arroyos, los conocidos como Torrucas y Charcos Blancos, que salvaremos gracias a los bloques de granito acondicionados sobre el cauce, con mucho cuidado y unas cuantas cancelas. No tengo palabras para describir lo bello que es pedalear por estas tierras, siempre quedará en mi memoria. Ya se distingue a unos cientos de metros el símbolo de la Vía. No es otro que el Arco Romano de Cáparra. Solitario, como caído del cielo y apostado en una dehesa del valle del Ambroz, posee una atracción difícil de explicar.Se le conoce como Ciudad Romana de Caparra, gracias a los restos encnontrados al lado del arco. El Camino prosigue rodeados de un entorno natural digno de la mejor postal. Y como el que no quiere, llego a Aldeanueva del Camino a las 8:00 de la tarde, exahusto y rendido, después de una larga y entretenida jornada. Preguntando a un abuelo, amablemente me indicó la dirección del albergue de peregrinos, que no dispone de cocina aunque para mi eso no es ningun problema, lo que realmente importa es que se encuentra en buenas condiciones y dispone de agua caliente. Más tarde recibo la visita del Parroco del pueblo que se hace llamar Franciscano, un tipo singular vestido de fraile, que me sella la Credencial y tiene una pequeña y entrañable charla con migo.

- Algunos datos de la jornada:
138 kilómetros de distancia.
9 horas de pedaleo.
Albergue Municipal, en la casa de arriba están las llaves y el hospitalero Franciscano.


Plaza de Casar de Cáceres, hacia frió. 8:30.

Ermita de Santiago Apóstol. Casar de Cáceres.

Uno de tantos Miliarios.

Camino del Embalse de Alcantara.

Una de las zonas donde más Miliarios hay juntos.

Restos de la antigual Calzada Romana.

A lo lejos el Embalse de Alcantara.

Torre de Floripes, en el Pantano de Alcantara.

Ruinas del histórico Puente de Alconétar.

Ahí estamos, espectacular el Puente de Alconétar.

Cortafuegos para subir al puerto de Los Castaños.

Estupendo bosque de pinos en el puerto de Los Castaños.

Una de las puertas de entrada de las que dispone la muralla.

Vistas de Galisteo y su muralla, a la derecha el Puente Mediaval.

Salida de Carcaboso.

Espectacular la senda que hay que recorrer.

He disfrutado mucho depaleando por estos bosques.

Dehesas de frenos y encinas son nuestra compañia.

Algunos pasos dificultosos en este bello paisaje.

Se divisa a lo lejos el Arco de Caparra.


Ruinas Romanas de la antigua ciudad romana.

Arco de Caparra. Un Arco cuadrifonte.

Milinario en la antigua ciudad de Caparra.
Arco de Caparra, 9 metros de altura.


Este está preparado con piedras para cruzarlo.

Uno de tantos arroyos que tuve que cruzar.

Albergue Aldeanueva del Camino.

2 comentarios:

  1. ¡Mira! He entrado en tu página varias veces para saber de ti pero nunca veía una nueva entrada en el blog. Me acabo de dar cuanta que las entradas de tu periplo están aquí en el margen...
    Ahora te escribo esto pero en cuanto acabe de comer empiezo a leer todo lo que me he perdido.

    Saludos, bicho.
    eugeniojuan

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  2. Ya lo he leído. Me agradan mucho tus palabras. Se nota que te está resultando una experiencia inolvidable...

    eugeniojuan

    Pd.- Te seguiré leyendo. Mucho ánimo.

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