viernes, 6 de abril de 2012

Décima Etapa. Salamanca - Zamora

"Cuando los ojos vean lo que nunca vieron, el corazón sentirá lo que nunca sintió."

Vaya mañana que se ha presentado, dice Pepe, el hospitalero que hace un grado fuera, dentro no se nota por la calefacción. Cuando salgo compruebo que está lloviendo. Para bien o para mal, mi equipo, o sea, mi ropa, no es de muy buena calidad, la mayoría es recuperada de hace unos diez años, cuando practicaba ciclismo de carretera. Soy una persona delgada, el agua, viento y frió hacen mella en mi cuerpo. Es una pena, porque no he podido hacer fotografías.
Salir de Salamanca, como de todas las grandes ciudades del camino, lleva su tiempo. Hay que orientarse y preguntar para encontrar el camino, como en todas las localidades a lo largo del Camino, se pasa por la Calle Mayor o Plaza Mayor, en Salamanca no va a ser menos, desde la Plaza Mayor debemos de buscar el Centro Comercial del Carrefour, tras una rotonda se alza a nuestra derecha el estadio de fútbol Helmántico.
Los primeros kilómetros han sido por carretera hasta que he cogido un carril ancho con toboganes que me ha llevado a Aldeaseca de Armuña, sin pararme y siguiendo por un carril ancho pero pedregoso avanzo despacio hasta llegar a Castellanos de Viliquera. El camino sigue igual hasta que de repente gira 90º y me manda a la N-630. A pocos kilómetros se llega a la Cárcel de Topas y sin abandonar dicha carretera hasta el desvío que conduce a El Cubo de la Tierra de Vino. Ya estábamos en provincia de Zamora.
No deja de llover, me paro en una gasolinera que dispone de cafetería, en ella me tomo un colacao calentito para entrar en calor, empezaba a sentirme nervioso por mis manos y pies. No llevo guantes largos de ciclismo, me he puesto unos largos de algodón y unos de látex que llevaba para la mecánica, todo ello debajo de los cortos de ciclismo. En los pies, más de lo mismo, tengo que ponerme, encima de los calcetines, unas bolsas de plástico, y encima, otros calcetines, para intentar que no vaya a peor el frió en dichas partes. Cuando siento que la temperatura se regula, me pongo en camino, pero decido hacer los últimos 30 kilómetros hasta Zamora por carretera, quería entrar en calor, he rodado muy rápido, no hay grandes desniveles, más bien, hacia abajo, no he dejado de pedalear, de levantarme de la bici cuando la carretera era ascendente, más desarrollo cuando era descendente, no tengo mucha más historia que contar. La entrada a Zamora, que se encuentra a 652 metros sobre el nivel del mar, la he realizado por su Puente Mediaval, y calle arriba, muy cerca, se encuentra el albergue, esa iba a ser mi primera parada del día, para sellar la Credencial y visitar la ciudad, al llegar al albergue, ha sido el recibimiento tan agradable por parte de Daniella, su hospitalera, que no he podido resistirme a pasar el resto de día allí. Si tenia alguna duda sobre quedarme o continuar, al comprobar las instalaciones de este maravilloso albergue, desaparecieron. Unas instalaciones modernas y funcionales situadas en un entorno acogedor y emblemático de la ciudad que no pasará desapercibido al peregrino. Las instalaciones suman un total de 32 plazas, 6 habitaciones, 6 baños, un salón comedor con capacidad para 22 personas, una cocina completamente equipada, lavadero, ascensor y terraza. Las bicicletas se dejan en la terraza, pero como no habían más peregrinos y estaba lloviendo, me dejó meter la bicicleta dentro. Almorcé rápido para poder pasar la tarde por la Ciudad, soñando por el casco antiguo que tiene la calificación de Conjunto Histórico-Artístico desde 1973. Sobresale su conjunto de edificios románicos, el más importante de la Península Ibérica y uno de los más destacados de Europa, habiéndose solicitado su declaración como Patrimonio Europeo. Este patrimonio románico consta, además de la Catedral (que presenta un cimborrio con decoración exterior de escamas), de otras veinticuatro iglesias, un castillo, murallas, un puente, dos palacios y nueve casas, razón por la cual Zamora está considerada "la ciudad del Románico". Quince del total de los templos están declarados Bien de Interés Cultural, incluidos algunos de estilos posteriores. Son muchos los rincones mágicos de esta ciudad, los que te permiten viajar al pasado.
Como agradecimiento a Daniella, la hospitalera, por la noche, estuve preparando unas patatas fritas, ensalada, salchichas, postre para cenar acompañado en compañía. Aproveché para seguir aprendiendo Inglés. Al finalizar la cena y después de recogerlo todo me fui al salón, donde estuve leyendo y escribiendo hasta que el sueño me llamó.

- Algunos datos de la jornada:
67 kilómetros de distancia.
4 horas y 16 minutos de pedaleo.
Albergue Municipal 980 577 301

Despedida de mi amigo Pepe, el hospitalero de Salamanca.

Camino de Zamora, nose donde.

Cerca de Zamora.

Después de atravesar el Puente de Piedra. Zamora.

Llegaron unos bicigrinos para sella la Credencial y continuaron.

Mi bicicleta en la entrada del Albergue.

Bonita inscripción sobre Miliario moderno.

Una de las habitaciones de este fantastico albergue.

Preparando para ducharme.

Monumento a Viriato en la plaza del mismo nombre.

Ábside de Santa María la Nueva.

Puerta Doña Urraca. Siglo XII

Murallas de Zamora. Siglo XII.

Iglesia de San Lázaro. Mañana se sale por aquí.

Volviendo de compras por la Puerta Doña Urraca.

APreparando el almuerzo, macarrones con tomate y queso.

Iglesia de Santa María de la Horta.

Ábside de la iglesia de La Horta.

Monumento al Merlú. Cofradía de Jesús Nazareno.

La iglesia de San Juan Bautista. Siglo XII

Plaza Mayor e iglesia de San Juan Bautista.

Plaza de Viriato cubierta de sus tradicionales plátanos injertados.

Iglesia de Santa María Magdalena. Siglo XII.

Puente de Piedra sobre el Río Duero.

Torre de la iglesia San Pedro y San Ildefonso.

Iglesia Arciprestal de San Pedro y San Ildefonso. Siglo XII.

Puente Medieval + Río Duero + Yo = Armonía

Charla con Daniella mientras cocino.

Una velada muy gratificante.

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