Decimotercera Etapa. Laza - Monasterio de Oseira. | Mis caminos a Santiago en solitario.

"Disfruto de los amaneceres consciente de que la vida me da una nueva oportunidad para reconocer mis imperfecciones y valorar las pequeñas cosas que me bastarían para ser feliz."

Como viene siendo costumbre cada vez que comparto albergue, cuando yo me levanto, no queda nadie en las instalaciones. El desayuno es la comida más importante del día, así que siempre la hago con mucha tranquilidad y disfrutando de la nueva oportunidad que me ha sido dada para realizar. Si partimos del dicho, solo si alguien piensa en uno, uno existe, debo de sentirme feliz, de echo, así me siento. Hace muchos años que no tenia el sentimiento de echar de menos a una persona en particular, pero si hay alguna razón por la que quiera terminar el Camino, es por ver a esta persona. Yo me reía de este tipo de sentimientos, pensaba que nunca iba a echar en falta a nadie después de algunos fallecimientos en mi vida.
Me esperaba un día muy duro, creo que esta frase ya la he repetido algún que otro día. Por la mañana si abandonas el albergue antes de las 8:00, puedes dejar las llaves por una ventana que dejan abierta, como esa no es mi situación, las entrego en mano en Protección Civil, mantengo una pequeña charla con la persona que hay en el mostrador, al verme en bicicleta me aconseja que suba hasta Vilar de Barrio por carretera sino quería empujar la bicicleta más de 5 kilómetros, yo, que de la jornada anterior terminé quemado de esa misma situación, me rió y le doy las gracias. No veo razón alguna para llevarle la contra a esta buena señorita, así que me quito toda la ropa de abrigo y me preparo para escalar una montaña, pero esta vez, pedaleando. Me dirijo por la carretera OU-113 al monte da Travesa, comienza cruzando el Río Támega para empezar con una subida moderada, pero siempre en continuo ascenso, cada curva que rodea la montaña te deja ver la siguiente haciendo creer que nunca llegará el final de la subida, es una autentica carretera de montaña, rodeada de pinos, para mi gusto, una maravilla pedalear por estos puertos. Primero paso por el pueblo Albergueria, en esta localidad me detengo a rellenar mis botellines de agua, justo en frente del bar "El Rincon del Peregrino", que no entré. Sigo ascendiendo hasta llegar al Monte Telariño, donde en su cima, a 970 metros, hay una Cruz de Madera en homenaje a los gallegos que se dirigían a Castilla, para participar en la Siega. Nuevamente los peregrinos dejan piedras en los pies de la cruz, imitando a la famosa Cruz de Ferro, estoy a favor de este tipo de actos, mientras más encantos tenga un Camino, más será recordado y caminado. Por un precioso sendero, señalizado en dicha cruz, me encamino hacia Vilar de Barrio, donde me detuve en el Albergue para sellar la Crendencial. Continuo hasta Xunqueira de Ambia, pasando por pequeños pueblos como Bóveda, Vilar de Gomareite, Padroso o Quintela y preciosos paisajes de robles y eucaliptos entre muros de piedra con varios tramos pedrejosos. Por esta zona comienzo a ver los primeros hórreos, su construcción estaba destinada a guardar y conservar los alimentos alejados de la humedad y de los animales para mantenerlos en un estado óptimo para su consumo. En Xunqueira de Ambia hay varios monumentos que visitar, pero el más destacado es el maravilloso Monasterio de Santa María la Real Siglo XIII, declarado Monumento Nacional. Salimos del pueblo por el puente que cruza el río Arnoia, tras varios cruces alcanzamos la OU-102 y continuamos por ella. Ya no la dejo hasta Ourense, creo que he pasado por más de una docena de poblaciones. Recuerdo A Castellana por ser la puerta de entrada al polígono de San Cibrao. Donde hay un pequeño lugar para descansar a la sombra, con agua y cartel informativo de lo que queda hasta Santiago. L seguimos recto y nos desviaremos más adelante a mano izquierda para llegar hasta otra rotonda donde hay que girar a la derecha donde nace la OU-0514. Nos despedimos del polígono para llegar a Reboredo, donde a su término por asfalto subiendo hacia el Alto do Cumial. También recuerdo la localidad de Seixalbo, este pueblo fue declarado Conjunto de Valor Etnográficoy dispone de un crucero plateresco del Siglo XVIII, junto al que pasamos. Dejamos a nuestra derecha la geométrica fachada de la iglesia de San Breixo y llegamos a las primeras casas de Ourense capital por la calle Verea Real. El Albergue se encuentra en la parte de arriba de la Ciudad, al lado del cementerio. No hace falta decir que Ourense contrasta con todo lo que hemos ido dejando atrás. El albergue de peregrinos ocupa el antiguo convento de San Francisco, que fue rehabilitado con este objetivo. Después de visitarlo y sellar la Credencial , el hospitalero me indica como llegar al Puente Romano para salir de la ciudad a petición mía, no puedo remediarlo, pero me siento incomodo en una ciudad con tanto transito, turistas y gente que parece caminar como zombis, y más hoy que es Sabado, me fuera gustado visitarla más. El Puente Romano, como todos los anteriores, de las grandes Ciudades es impresionante, del primer Puente Romano de la época de Augusto sólo quedan algunas piedras en las bases, en el Siglo XII se reconstruyó dando el perfil actual con arco apuntado sobre el Río Miño. Tras cruzarlo y subir por una calle, a mano derecha me encontré un Supermercado Día, me detuve a comprar, luego estuve buscando un lugar donde poder comer, hasta que vi la estación de ferrocarril y fue donde me detuve. Tras preguntar a un amable "abuelo" que paseaba por allí, me indicó seguir un tramo por el arcén de la N-120 dirección Vigo y llegado a Quintela girara hacia la derecha, todo bien indicado, después de cruzar por debajo de la vía del tren, empezar a subir la "Costiña de Canedo", una dura subida de algo más de un kilómetro que llega hasta Cima da Costa. Es una subida espectacular, mas bien terrible, por asfalto, me atrevería a afirmar que es la subida más dura que he realizado en bicicleta, es la primera subida cicable donde he tenido que poner el molinillo para no bajarme de la bicicleta, he llegado a emocionarme cuando los coches y motocicletas me animaban a subirla del tirón, ha sido espectacular, el lugar de la provincia de Ourense con mayor desnivel, un 20 %. Después continuamos hasta Liñares y más tarde, por un bonito tramo rodeado de frondosa vegetación, vamos a cruzar el puente sobre el Río Barbantiño para entrar en Mandras. Más tarde viene la aldea de Pulledo y a continuación Casasnovas. La pista continua bajo inmensos robles que, con sus ramas abiertas, parecen personajes de dibujos animados, en algunos tramos hay que empujar la bicicleta por la cantidad de piedras que hay en el suelo, seguimos por un camino que serpentea entre unos pinos para cruzar una carretera y entrar en Cea. Donde nuevamente me he detenido a ver el Albergue y sellar la Credencial, para seguir con mi Camino dirección el campo de fútbol que se deja a la derecha y la Iglesia San Fagundo a la izquierda para tomar una pista, también a la derecha hasta una carretera estrecha y sin tráfico que comienza a subir, pasando por Silvavoa y Pielas hasta llegar a Oseira.
El cenobio de Santa María la Real de Oseira, es una fundación cisterciense del siglo XII. En el año de 1835, como consecuencia de la desamortización de Mendízabal, los frailes dejaron el convento, que quedó totalmente abandonado. Ello propició el expolio del lugar. Los monjes volvieron de nuevo en 1929, comenzando entonces su reconstrucción, actualmente apenas quedan media docena de ellos. La construcción es inmensa, en medio de un valle frondoso. Es un milagro ver el estado en el que se conserva y todo gracias a estos monjes. El trato ha sido inmejorable, me ha recibido un monje el cual me encantaba su forma de hablar pausada y tranquila. Me ha enseñado el Albergue que se encuentra en un edificio anexo del siglo quince, una nave de 20 metros de altura con 40 camas, dispone de 2 lavabos y dos bateres. Para ducharme he ido dentro del Monasterio, en la zona de clausura, atravesando un claustro, una pasada, un vestuario de piedra de mas de 500 años, como voy yo a explicar lo que se siente en esta hoja, me faltan palabras. Mañana contaré como he pasado la noche, ya que hace bastante frió en el interior, se está mejor en la calle, tanto dentro como fuera, se respira una paz difícil de explicar.

- Algunos datos de la jornada:

95 kilómetros de distancia.

6 horas y 25 minutos de pedaleo.

Albergue Monasterio de Oseira : 988 282 004