domingo, 8 de abril de 2012

Octova Etapa. Aldeanueva del Camino - Salamanca.

"Cuando tu camino solo te ofrezca cuestas por subir... descasar a caso debes; pero nunca desistir... desistir es de cobardes y eso nunca debes ser" Fernando Baltazar .

Algo se ha muerto en mi interior, no encuentro otra forma de comenzar estas páginas... , el día comenzaba muy bueno, asomaba por la ventana un bonito sol, se respiraba armonía y tranquilidad. El día anterior había sido muy duro y largo, con muchos cambios de terrenos y exigentes, hoy quería llegar a Salamanca pero mentalizandome de que todo llega si tenemos paciencia y sin perder la tranquilidad, ya que me esperaban varias subidas muy duras y muchos kilómetros en solitario. En la calle hacia frío, Aldeanueva del Camino se encuentra a 524 metros de altitud y comenzó siendo un campamento romano. Situada en plena ruta de la plata los romanos encontraron un lugar para establecerse y descansar mientras llevaban sus reses y cargamentos de pueblo en pueblo aprovechando esta excepcional ruta. En medio de Aldeanueva cruza la garganta de la Buitrera, cuyo curso salvamos por un puente y así abandonamos el pueblo por la N-630 en suave ascenso hasta la siguiente localidad, Baños de Montemayor, que es la última localidad extremeña, ubicada a la falda del puerto de Bejar, con un supuesto atractivo por las fuentes termales. Visito la parroquia de Santa Catalina, con un buen retablo del siglo XVI, y la oficina de turismo para sellar la Credencial, todo ello desde la calle principal. El pueblo dispone de supermercado, así que me detengo a comprar cuando me llevé una sorpresa al ver que un grupo de señores mayores se ofrecen a vigilarme la bicicleta mientras compro, ya que el supermercado se encuentra en una calle con unas escaleras muy pendientes.
Hay dos formas de afrontar la subida al Puerto de Béjar, una por la carretera que traíamos y recorrer los toboganes que hace la subida mas tumbada o por otra parte subir por el tramo de la calzada romana de unos 2 kilómetros que fué restaurado en la década de los 70, creo que con poco acierto porque a cada rato te encontrabas un escalon dificil de superar en bicicleta. En mitad de la subida por la Calzada Romana hay un mirador con una cruz, que merecen la pena parar. Justo arriba y por carretera coronamos el Puerto de Béjar, a más de 900 metros de altitud, en la Sierra de Gredos y da comienzo a la provincia de Salamanca. Como esta carretera se dirige a Béjar, pasado una gasolinera, hay un desvio a la izquierda, dirección Calzada de Béjar, bien señalizado. Ahora vienen unos kilómetros de bajada espectacular sobre buen firme de tierra. Abajo cruzamos el puente de la Magdalena sobre el Río Cuerpo de Hombre para disfrutar de un tramo de tres kilómetros junto al río, placenteros y rodeados de castaños hasta llegar a la carretera y enlazar de nuevo con la antigua calzada, un lugar precioso hasta ahora, antesala de la subida final a Calzada de Béjar. Nuevamente a empujar la bicicleta por un terreno lleno de bolos sueltos y una pronunciada subida, personalmente me resulta lesivo e incomodo. No volvería a repetir este tramo. El pueblo es muy pequeño pero mantiene vivos sus encantos etnográficos con sus balcones de madera adornados de geranios y vigas al exterior sobre columnas pétreas. También dispone de Albergue pero estaba cerrado así que no pude sellar la Credencial, al final de pueblo repuse agua en una fuente con cierto encanto y continué por una Vía Pecuaria amplia y firme hasta Valverde de Valdelacasa, otra pequeña aldea. El próximo pueblo era Valdecasa, me separaban pocos kilómetros, pero vaya kilómetros, una fuerte subida por carretera, de las que amí me gustan sin bolos sueltos, pura de escaladores que me alza hasta los 950 metros de altitud. El Camino continua por carretera asfaltada rodeado de robles hasta Fuenterroble de Salvatierra. En esta localidad hay que hacer una parada obligatoria para visitar el Albergue Parroquial del párroco Blás Rodríguez, autentico hogar del peregrino. Yo me detuve para sellar la Credencial, eran sobre las 2:00 del mediodía, cuando entré dentro, el olor me invadió, estaban cocinando comida de "cuchara", las fuerzas me abandonaron, casi no puedo resistirme y pedirles quedarme a comer con ellos. Me contuve y puse rumbo a ... en estos momentos no recuerdo donde. Todavía me queda mucho para llegar a Salamanca, los primeros kilómetros se suceden por una vasta llanura, dorada, moteada de verdes encinares, se traza el sendero que muchos pies han ido marcando y en el cual el viento en contra empieza a hacerse notar. El paisaje va cambiando y el camino sigue un trazado sinuoso, marcado por las fuertes pendientes y por un paisaje montañoso rico en tonalidades, que invita a sumergirse y a disfrutar en silencio de sus sonidos y colores. Significa que voy camino del Pico Dueñas, no me equivoco cuando veo a los aerogeneradores con sus aspas dando vueltas, el viento en contra se hace insoportable, la cosa va empeorando conforme voy avanzando, los tramos donde hay que empujar la bicicleta son mas continuo, el viento cada vez es mas fuerte, esto se está convirtiendo en una autentica pesadilla interminable. Arriba hay una cruz, que indica la mayor altitud de La Vía de la Plata, 1169 metros y la mitad del Camino entre Mérida y Astorga. Es obra del cura Blás Rodríguez, de Fuenterroble de Salvatierra, al igual que el Albergue, instalada en 1997 por un grupo de voluntarios de más de 50 personas para empujar el mástil de 12 metros, me encontraba tan mal, que no quise bajarme de la bicicleta para hacerme una fotografía. Si mala era la subida, peor la bajada, un terreno de piedras sueltas con una gran pendiente rodeado de robles. Una vez en la carretera de San Pedro de Rozados, no la abandono hasta Salamanca, la verdad, no tengo fuerzas para dejarla, el viento me atormenta, a veces, tengo que pararme porque me tira al suelo, en las cuestas abajo, no puedo meter el plato grande, es como si hubiera una fuerza superior empujando en mi contra. Nunca imaginé que podía sufrir tanto de esta forma, yo no soy de las personas que se quejan continuamente, pero fue una pesadilla, continuamente pensaba en cuando me iba a despertar de ella.
Y digo que algo murió dentro de mi, porque supliqué que el viento cediera, no me veía capaz de recorrer los últimos 30 kilómetros llegar a Salamanca, pero con todo mi dolor, no lo hizo, ningún dios escuchó mis lamentos, por contra, las personas somos capaces de hazañas sin la necesidad de alguna fuera o ayuda divina. Empecé a creer en las personas, en su voluntad y así llegué a Salamanca, más tarde de lo que nunca hubiesa imaginado, pero como dije antes, creo en las personas, en su amabilidad y generosidad. Me recibieron con ánimos, un vaso de zumo, ducha caliente, sin prisas y es por eso que si dentro de mí quedaba alguna creencias en la voluntad de los Dioses, ya no la hay.
Así terminé el día, sin visita por Salamanca, ducha, cena y reflexiones de lo que había sido la jornada en la cama.

- Algunos datos de la jornada:
96 kilómetros de distancia.
9 horas y 41 minutos de pedaleo.
Albergue "Casa la Calera" 652 921 185

Albergue de Aldeanueva del Camino, comienza el día.

El puente sobre la Garganta Buitrera, de un solo ojo.

Iglesia de Santa Catalina, Baños de Montemayor.

Mi fiel compañera, siempre agradecido.

Imitación Calzada Romana. Baños de Montemayor.

Cruz en la Calzada Romano por Baños de Montemayor.

Baños de Montemayor.

Provincia de Salamanca.

Puerto de Béjar y desvio hacia Calzada de Bejar.

Kilómetros de armonia y sentimientos.

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Camino de La Calzada de Béjar.

Carteles informativos.

Se puede apreciar lo intransitable que es este tramo.

Antigua Calzada romana.

Las sierras de Béjar y Candelario.

A la salida de La Calzada de Béjar, fuente con encanto.

Uno de tantos Miliarios que hay por La Vía de la Plata.

Camino de Valdecasa.

Río Sangusín, preparado para ser cruzado cuando llueva.


Compartiendo camino con el ganado.

Valdecasa, junto a la Iglesia de Santiago.

Más Miliarios a lo largo del Camino

Mítico Albergue Parroquial de Blas Rodríguez.

Vasta llanura, dorada, moteada de verdes encinares.


Restos en todo momento de la antigua Calzada romana.

No se puede apreciar, pero tengo frío.

Cabaña de encinas y cruz de madera. Propicias para descansar

Las Sierras son mi debilidad, esta es la de Béjar.

Camino del Pico Dueñas.

Señales durante todo el recorrido.

Subiendo la Sierra de la Dueña.

Impresionante Cruz en Pico Dueñas.

Por fin llegando a Salamanca.

Espectacular La Catedral y en general Salamanca de noche.

Aquí durmió mi fiel compañera, no le pierdo ojo.

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